TIEMPO PARA LEER

Finita Frontado, arquitecta y pastelera hiperrealista: "A mi mamá le gustaba mucho la poesía y en familia nos hacía recitar"

Venezolana afincada en Barcelona, arquitecta y pastelera hiperrealista, pues no es fácil distinguir uno de sus pasteles de un objeto real, de modo que se le puede hincar el diente a una mesa, una silla o a un ramo de rosas

La arquitecta y pastelera Finita Frontado.

La arquitecta y pastelera Finita Frontado. / EPE

Anna R. Alós

P. ¿Leer forma parte de su vida?

R. Sí, era la más pequeña de nueve hermanos y vivía en mi mundo inventado. Mientras no sabía leer me ponían discos de cuentos que me encantaban, hasta que aprendí a leer y gané mi independencia. A mi mamá le gustaba mucho la poesía y en los eventos familiares nos hacía recitar (sobre todo cuando venía Tío Ángel, que era escritor). Una vez acababa ese ritual, ponía al día nuestras peripecias a familiares y amigos con versos muy divertidos que ella misma escribía.

P. ¿Qué suele leer?

R. Me gustaban y gustan los cuentos, sobre todo los rusos, tenían sus hojas decoradas en el borde con intrincados dibujos que me parecían muy misteriosos. Crecí y evolucioné en la lectura hasta que me encontré con un libro que me encajó como un zapato viejo y me evidenció mis orígenes. Con Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez, aprendí a disfrutar no solo con la narrativa, que la encontré mágica y familiar, sino también con la descripción de los emplazamientos. 

P. ¿Reconoció sus propios escenarios?

R. Sí, observaba el paisaje, el tipo de edificación, los patios de las casas, las calles pequeñas con árboles que rompían el pavimento, el ruido del río, los olores, en aquellas ocasiones que íbamos a visitar a mi abuelo al Oriente de Venezuela. Además, siempre contaban cuentos de muertos, ¡lo máximo!

P. ¿Un autor español?

R. Gaziel, seudónimo de Agustí Calvet. Lo leo y me invade un entusiasmo por lo que explica y cómo lo explica, me entristezco, me río, me hace reflexionar. Me preocupaba un poco la idea del encierro, pero es tan interesante que solo importa la vida en ese espacio tan singular. Seres que vivieron en primera línea de combate y que se situaban más cerca del enemigo que de su propio ejército, sabían de sus rutinas y costumbres mutuas.

P. ¿Un título latinoamericano más actual?

R. Pajarito, de Claudia Ulloa. Me sorprendió mucho, lo descubrí en un taller y al principio no lo entendí completamente. Descubrí que me hace falta actualizar mi tipo de lectura. Estos autores jóvenes te ponen en jaque.