CRÍTICA
'Él romántico', de William Boyd: de la cuna a la tumba, la vida de un héroe ignoto
El novelista británico regresa con una monumental y ficticia biografía que narra la extraordinaria vida de Cashel Greville Ross, un héroe anónimo presente en mil batallas y en acontecimientos históricos del siglo XIX

El novelista británico William Boyd, autor de 'El romántico'. / EPE
Francisco Millet Alcoba
William Boyd, uno de los escritores británicos más queridos y vendidos, -pese a que injustamente no ha sido bendecido con alguno de los grandes premios literarios- vuelve con El romántico, la historia del aventurero Cashel Greville Ros, una de esas biografías río, que abarcan toda la vida del personaje, desde la cuna a la tumba, de las que Boyd es un consumado especialista.
William Boyd lo borda al escribir sobre la vida de otras personas. Son biografías escritas desde la ficción que pretenden ser genuina, pues Boyd tiene un mérito especial como escritor que crea personajes creíbles ambientados en momentos genuinos de la historia.
Al respecto, muchos recordarán como en 1998, Boyd publicó Nat Tate: un artista americano, la biografía trágica del pintor abstracto Nat Tate en el Nueva York de los años 50, que era una biografía de ficción salida de la imaginación del escritor. Pero al publicar la obra, esto no se dijo. Al presentarse el libro en un acto multitudinario, casi todo el mundo se tragó el anzuelo, especialmente los grandes popes del mundillo cultural neoyorkino que quedaron en ridículo una vez que se hizo público que el tal pintor nunca existió y fue un invento. La pretensión de Boyd entonces, y la de David Bowie, que respaldó la parodia, era las ganas de desenmascarar lo artificioso y falso de muchos críticos del arte abstracto.
Ahora, en su última novela, El romántico, vuelve con gran efecto a la biografía, aunque revelando desde el inicio que todo es pura ficción. Boyd pone el relato en boca del propio protagonista Cashel Ros que a los ochenta y dos años trata de rememorar su fabulosa vida. Él mismo cuenta que nació en Escocia, en la madrugada del 14 de diciembre de 1799, el mismo día que el antiguo presidente de Estados Unidos, George Washington, falleció en su hogar, en Mount Vernon, Virginia.
Así comienza la autobiografía inacabada, desordenada y un tanto desconcertante de Cashel Greville Ross (1799-1882). Boyd utiliza el recurso tan literario del manuscrito que llega a sus manos sobre la vida del aventurero. Ese conjunto de cartas, notas, mapas y fotografías que aparentemente cayeron en manos de Boyd es bastante incompleto por lo que el autor, seducido por el personaje, decide completar su biografía con la ayuda de su imaginación.
Un joven tamborilero en la batalla de Waterloo
El romántico, de William Boyd, narra la extraordinaria vida de Cashel Greville Ross, y procede a insertarlo en numerosos acontecimientos históricos del siglo XIX. Así Ross, a los 15 años, es un joven tamborilero en la batalla de Waterloo; más tarde, Cashel lucha en las guerras de la India y es enviado a casa por negarse a llevar a cabo una masacre innecesaria de los nativos; luego con el ejército en la India, y más tarde en África, mientras caza en las fuentes del Nilo, se encuentra con el famoso explorador inglés Sir Richard Burton.
De joven en Italia, pasa tiempo con los poetas Keats y Byron, se hace amigo de Mary Shelley y, mientras está en Estados Unidos, abre una pequeña fábrica de cerveza alemana. La vida de Ross está marcada por todas las experiencias imaginables: se transforma en gigoló, granjero e incluso diplomático por puras circunstancias.
Boyd sabe dar a su protagonista el aire de un personaje único e inimitable que encarna el espíritu de los grandes viajeros románticos
Por supuesto también está la aventura del amor. Mientras el protagonista navega entre viajes y desventuras, se enamora de una cautivadora condesa, Raphaella, un amor que le profesará toda la vida. Su romance se entrelaza en la trama de su vida, convirtiéndose en un eco constante de lo que podría haber sido.
El viaje picaresco de Ross está lleno de la emoción del descubrimiento y el riesgo de sufrir desilusiones. Cada capítulo despliega nuevas relaciones y responsabilidades, evocando respuestas emocionales en el lector. Ross es soldado, amante, marido, padre, amigo de poetas famosos, escritor, arruinado, presidiario, granjero, explorador africano (y muchas otras cosas) antes de convertirse, finalmente, en un diplomático menor, un cónsul en la ciudad de Trieste, que entonces pertenecía al imperio austro-húngaro, pero habrá más aventuras.
William Boyd sabe dar a su protagonista el aire de un personaje único e inimitable que encarna el espíritu de los grandes viajeros románticos, que mantiene incansable la búsqueda del amor, de la aventura y la vida en sí. Dotado de una naturaleza impulsiva la vida de Ross está marcada por todas las experiencias imaginables.
Lo que hace también de Ross un personaje creíble y deseado son sus imperfecciones humanas. Él no siempre está del lado correcto de la ley, pero siempre sigue su instinto que le permitió vivir una vida asombrosa. Tal es la novela de Boyd, asombrosa y prodigiosa en su narración y en su espíritu. Una novela que merece la pena leer.

'El romántico'
- William Boyd
- Editorial: Alfaguara
- Traducción: Laura Martín de Dios
- 512 pp.
- Precio: 22,71 €
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