CRÍTICA
'Europa encadenada', de Sami Naïr: el Viejo Continente, en la encrucijada
En este libro fundamental, el autor retrata el estado de la Unión Europea con gran elocuencia y capacidad de análisis

El politólogo Sami Naïr, autor del libro 'Europa encadenada'. / EFE
Quim Barnola
Si Europa no avanza, retrocede. En este impasse se reproducen algunos de los debates fundacionales de la Unión Europea. Situémonos en los años 60 del siglo pasado: el presidente francés, Charles de Gaulle, y el de la RFA, Konrad Adenauer, diferían sobre la pertenencia a la OTAN. De Gaulle no quería estar bajo control americano. Sin embargo, lograron firmar el Tratado del Eliseo de colaboración franco-alemana en temas de política exterior y defensa.
Ganó Adenauer y la UE entró en la OTAN con aportaciones dispares que ahora hay que regularizar. Hoy se vuelve a presentar el dilema. Y además Europa se enfrenta a un nuevo desafío. Una nueva oligarquía tecnológica, máximo exponente del neoliberalismo, que intenta desestabilizar el Viejo Continente y ganar cuota de mercado.
En este momento de fragilidad del proyecto europeo, Sami Naïr (Tremecén, Argelia, 1946) publica un libro fundamental para entender cómo hemos llegado hasta aquí: Europa encadenada. El neoliberalismo contra la Unión. Con gran elocuencia y capacidad de análisis, nos ofrece un retrato especialmente lúcido sobre el estado de la Unión.
La situación actual, dice, es consecuencia de los pactos de la socialdemocracia francesa de François Mitterrand con el capitalismo liberal de la Alemania de Helmut Kohl y de Margaret Thatcher en el Reino Unido, puesto que el socialismo francés abandonó la Europa social y a las clases medias-bajas dejando paso al Frente Nacional que ha conquistado este espacio. Y ahora el nacionalpopulismo, fruto de la globalización, es el que abre la puerta a los factótums del neoliberalismo mientras apuestan por el proteccionismo y por reforzar la soberanía de los estados, lo que supone un debilitamiento del proyecto europeo.
Identidad política común
"Sin una identidad política común, Europa seguirá siendo lo que es hoy, una maquinaria que apenas disimula las duras, y a menudo implacables, relaciones de poder y de dominación entre las naciones que la constituyen, pero también su debilidad de conjunto frente al mundo exterior". Es decir, dada la falta de un demos europeo, una identificación comunitaria por parte de todas las naciones, no vamos a poder competir con las grandes potencias mundiales.
Ante tamaño reto, la UE tiene la obligación de definir mejor su soberanía. La propuesta de Naïr es una Unión sui generis que refuerce a las naciones miembro y el proyecto común. Y que plantee soluciones efectivas sobre las migraciones, prestando más atención a los refugiados, financiando políticas de estabilidad social en el continente africano y fortaleciendo los estados de derecho para garantizar el éxito de las políticas de desarrollo.
La UE tiene la obligación de definir mejor su soberanía. La propuesta de Naïr es una Unión 'sui generis' que refuerce a las naciones miembro y el proyecto común
Sin embargo, ahora llega un poco tarde con China invirtiendo sin exigir a cambio reformas democráticas. Europa debe dar apoyo a los países del sur y comprometerse a buscar un plan para el Mediterráneo, que contiene las grandes contradicciones del mundo, económicas, energéticas, políticas y culturales, recuperando el espíritu del Acuerdo de Barcelona de 1995 que dio lugar a la Unión para el Mediterráneo. A pesar de que el conflicto entre Israel y Hamás no abre precisamente una ventana de oportunidad.
Naïr opina que en realidad los países del norte no quieren un Mediterráneo fuerte e integrado, más bien una zona dividida y no competitiva para dominarla mejor. En política económica intracomunitaria, la brecha de desarrollo ha ido aumentando entre los estados del norte y los del sur; Italia, España, Portugal, Grecia y en ocasiones Francia son tan dependientes del mercado único que es muy difícil que puedan recortar distancias. Además, los criterios del BCE favorecen al norte y perjudican al sur, que se encuentran periódicamente al borde de crisis de deuda y que les dificulta cumplir con los exigentes pactos de estabilidad.
En un escenario de disminución del crecimiento económico y con la amenaza de nuevas crisis, como la industrial en ciernes en Alemania, Sami Naïr propone algunas soluciones, como aumentar los fondos estructurales, restablecer el equilibrio, políticas fiscales comunes, invertir en proyectos industriales o incentivar las inversiones en el interior de la zona euro. A pesar de todo, no nos confundamos, la UE es lo mejor que nos ha podido pasar.

'Europa encadenada'
Sami Naïr
Traducción de Esther Pomares Cintas
Galaxia Gutenberg
264 páginas
21,50 euros
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