Olaya García, editora de KRK Ediciones: "Es importante nacer en una casa con libros porque te acostumbras a convivir con ellos"

Los libros siempre han estado en la vida de esta joven editora. Su padre, profesor de Filosofía y amante de la literatura "y de los libros como artilugio", montó su propia imprenta, Grafinsa, a principios de los 90 en Asturias. Y, como ella recuerda, "de forma muy natural, porque tenía las herramientas y estaba muy en contacto con el mundo del libro", comenzó a editar hasta que, en 2008, lo que empezó por afición y afinidades pasó a ser el negocio principal de la familia. Ahora, Olaya García se da cuenta de "lo importante que es nacer en una casa con libros, porque te acostumbras a leerlos, a convivir con ellos". Y lo dice con la ilusión de quien se siente afortunada.

Estudió Comunicación Audiovisual y un máster en Estudios Comparativos de Literatura y, de la misma forma orgánica en la que su padre se convirtió en editor, ella se fue involucrando mientras estudiaba. Hoy, KRK Ediciones puede presumir de cuatro grandes colecciones: Tras 3 letras, de literatura; Pensamiento, de ensayos clásicos y de filosofía; Días de diario, de temática asturiana, y Alternativas, sobre género y estudios poscoloniales, en colaboración con la Universidad de Oviedo. "Cada una tiene un experto que nos asesora en la materia", explica. Desde Asturias, Olaya percibe la sensación de desventaja por estar en la periferia, "pero aporta más que resta", confirma decidida.

Y continúa: "Somos 36 editoriales en el Gremio de Editores de Asturias, en una comunidad con menos de dos millones de habitantes, haciendo proyectos muy diversos y muy buenos. Hay un tejido editorial muy potente, y se crean muchas redes de apoyo". Desde su perspectiva, una editorial pequeña te da mucha más libertad sobre "hacia dónde quieres ir y a qué ritmo", dice, protegida del frenesí de las grandes ciudades, remarcando uno de los valores más importantes de la editorial: el afán de permanencia, "hacer las cosas bien, con cariño, con cuidado, para que, dentro de 30 años, tengas un libro de KRK en la estantería y el tiempo no haya pasado por él".