Opinión | CUADERNO DE NOTAS
Hay que nacer dos veces para vivir un poco
El trabajo del escritor está dirigido hacia la creación de un idiolecto, de un idioma propio

Varios soldados españoles leen cartas de sus familiares en Irak, en 2003. / EPE
HAZME DOS LETRAS A MANO. ¿Por qué nadie escribe cartas? ¿Por qué en los buzones solo encuentras letras de los bancos, multas de tráfico, anuncios de consumo y otras basuras de esta casta?
"Tengo tinta en las venas. Tengo tinta en los pulmones. Tengo tinta en las neuronas. Tengo tinta en las uñas. Tengo tinta en el corazón. Sin escribir, sin escribirte, haría tiempo que ya no alienaría". Estas palabras son de una carta de un amigo que me dejó alegre, activado, renacido.
Recuerdo que durante el servicio militar me dedicaba a escribir cartas para soldados que no sabían leer y escribir. Aquello me daba mil y un caballos de fuerza por un lado y me hacía llorar por el otro. ¡Estaban tan contentos aquellos chicos de ver sus palabras convertidas en tinta comunicativa! Y sentían un goce inmenso al escuchar las cartas que les enviaban los parientes contando los últimos eventos de su pueblo. Enseñar a leer y escribir fue también una aventura insondable. Y cuando algún compañero venía a mostrarme la primera carta que había escrito a su madre con esa letra de niño, me sentía el maestro más feliz de la tierra.
Termino esta nota arandela con un consejo. ¡Vuelve a escribir cartas! No sabes las energías de salud, de bondad y de inteligencia que te darán. Vida de la buena. Dos letras a mano pueden hacer feliz a cualquiera aunque sea una breve fracción de existencia. ¡Vale la alegría!
APOLOGÍA DE LAS FORMAS DIALECTALES DEL CATALÁN. Mirando hacia atrás en el retrovisor de mi vida, pienso que, si he tenido esa sensibilidad, esa conciencia profunda del idioma, en todos sus sesgos, es porque he tenido ese gusto por las formas dialectales. La lengua hablada es muy importante. Mi madre me enseñó a leer en voz alta, a recitar poemas, a aprender textos de memoria, y todo esto ha sido muy importante en mi ser de escritor, porque yo creo que escribir es inventarte esta lengua extranjera que decía Marcel Proust, con esa determinada prosodia propia que formará tu música singular.
El trabajo del escritor está dirigido hacia la creación de un idiolecto, de un idioma propio. El idioma propio con el que te acercas a las cosas y percibes el mundo. Es a través de esta percepción amplia que te das cuenta de que no lo comprendes. Y la escritura sería como una forma de búsqueda de esa comprensión del mundo a través de diversos lenguajes. Comprenderte a ti y comprender el mundo: tarea siempre fracasada, no exitosa y que es un catalizador, un estímulo, lo que te empuja a vivir para ver si a través de la letra puedes averiguar algo.
Siempre he tenido claro que la literatura no es un lenguaje que pueda comprenderse entero, que pueda entenderse completamente. La escritura es un lenguaje lleno de laberintos, de enigmas, de rendijas, de fondos, de secretos, de complicidades, de repliegues. Y el escritor dice más de lo que dice, e incluso nunca llega a dejar claras las cosas, que quedan en un fondo de misterio, de inacabamiento, de secreto.
También descubrí pronto que me gustaba mucho escribir, porque era la forma de pensar cosas que, si no escribiera, nunca las habría pensado. La escritura es una disciplina muy estricta –que tiene unas reglas fascistas, como decía Roland Barthes–. La lengua tiene unas reglas llenas de limitaciones y de obligaciones; la lengua te obliga a decir. A través del trabajo de escritor, puedes engañar a la lengua y conseguir que salgan formas que, si no las hubieras trabajado, si no las hubieras tocado, sacudidas, letratembladas, no saldrían nunca.
Y es por ahí que sale la literatura buena: cuando esta lengua consigue espacios de libertad, espacios de intención, choques de presencia, espacios de exploración, zonas oscuras, ángulos muertos donde nunca había entrado la luz y que tú vas descubriendo con esta herramienta por un lado tan prohibitiva y por el otro lado tan frágil. La lengua es algo oximorónica, nunca estás seguro, siempre estás dentro de una zona de entreluces, de entresonidos, de entrepalabras, de entrelíneas.
Creo que es Josep Pla quien tiene una metáfora muy bonita del escritor como cazador: el escritor es un cazador que debe preparar bien sus herramientas, que debe tener como disciplinas básicas la soledad, la atención, la observación, la sensibilidad. Tiene que ser un gran sensible: debe tener un gran oído, unos ojos avizores, unas manos táctiles y un sexo a punto. Todos estos sentidos debe utilizarlos para convertirlos en hallazgos, en laboratorios, en obradores de sus palabras. Y tiene que ir siempre a la caza, debe ser como un humano despierto, vivo, que siente en todas direcciones y que con estas herramientas perceptivas que practica debe saber cazar al vuelo una palabra, una frase, una música, una tonalidad, un ritmo, un brillo, una oscuridad. Siempre debe estar al acecho y no dormirse nunca.
TRANSFORMAR LAS SOLUCIONES EN ENIGMAS. No he leído, Nísia, tu égloga. No tengo ganas. Me he dedicado a coleccionar indicios: a) huellas tuyas en el bloc de dibujo de la escuela; b) los huesos de una mano humana sobre fondos de damasco enmarcados en un marco barroco y dorado; c) los dos náufragos que se agarran al mástil del velero que se hunde; d) mi sexo de amante; e) un papel escrito que dice: «La belleza de las lágrimas»; f) las bolsas de plástico negro alineadas sobre el muelle de T. de los inmigrantes subsaharianos que se han ahogado hoy; g) el terror de unas bombas en Gaza que han asesinado a trescientas personas; h) el beso del transexual; i) un cielo que reverbera; j) la lluvia suave sobre las hojas que caen de los almeces, de los ailantos, de los árboles del amor, de la vejez; k) una metáfora sobre la proyección, sobre la sombra, sobre la piel; l) la expresión matemática del enamoramiento; m) Mother, mother, mother, love of grace!; n) una concha agrietada que me diste cuando volvías de una orgía veraniega y yo te soñaba; o) aquel poema, Compañero de habitación, de Blai Bonet; p) los pétalos que dejabas dentro de los libros que amabas; q) las cagadas de mosca en el papel resplandeciente; r) aquella luz pálida que entra detrás de los encajes que representan un grupo de pavos reales; s) la oscuridad originaria; t) somos materia de olvido; u) los altavoces que me dejan oír a Verdi prati en la voz de Andreas Scholl; v) ¿tienen orejas las moscas?, se pedía el mandarín; x) el estertor del gusto sexual; y) el estertor de la muerte. Erección: Rapide eye movement sleep.
- Jorge Fernández Díaz, último premio Nadal: 'Madre solo hay una, pero cada padre es un enigma y me tocaba resolverlo
- La Capa, el restaurante de Carabanchel que acerca los vinos de los estrellas Michelin a la calle
- La infiltrada' ya tiene fecha de estreno en una plataforma de streaming: dónde y cuándo ver la favorita de los Goya 2025
- Daniel Ibáñez, el actor que lo hace todo en España: 'Cuando comí con Woody Allen me preguntó por lo de Rubiales
- La Embajada de los Tebeos: un nuevo refugio para el cómic en Madrid
- Timothy Snyder, historiador: 'Elon Musk es hoy el más real y peligroso fascista del mundo
- María Luisa Gutiérrez, productora de 'La infiltrada': 'Tenía que ser un vasco y una mujer los que contarán la historia
- Premios Goya 2025: sigue en directo la última hora de la noche del cine español en Granada