MISCELÁNEA

He venido a hablar de mi libro: Gastón Segura, autor de 'Saga nostra'

'Saga nostra' narra tres días, al final de la pandemia de Covid-19, en la vida de Agustín Cañizares, un ingeniero bastardo de una poderosa familia catalana del sector turístico

El escritor Gastón Segura, autor de 'Saga nostra'.

El escritor Gastón Segura, autor de 'Saga nostra'. / José Luis Roca

Gastón Segura

Contra cuanto pudiera suponerse, escribir sobre mis novelas no me resulta embarazoso o indigesto; en buena medida, porque no las considero del todo mías, sino obra de mis personajes. Yo, más bien, me limito a escucharlos y, con toda la destreza que se me alcanza, a plasmar, palabra tras palabra, cuanto ellos me descubren durante su andanza.

A este principio me he atenido desde el verano de 1996, cuando tras mucha probatura y mucho devanarme la mollera no arrancaban —o arrancaban mal— Las calicatas por la Santa Librada, hasta que se me desveló en todo su ser —es decir, con todos sus gajes y pericias— su protagonista: el teniente Polo.

A partir de ahí, con sus acopios documentales y sus dificultades léxicas, la narración fue marchando como si interpretase una partitura o, si prefieren, como si fuese recordando algo que me hubiesen relatado la noche anterior en un café o en un bar de carretera.

Y a ello me he ceñido siempre en cada una de mis novelas posteriores: a esperar al personaje y, cuando había trabado con él la familiaridad imprescindible, a transcribir su confesión como hiciera el maestro Dostoyevski en Memorias del subsuelo (1864). Porque sin el personaje —o en su caso, sin el grupo de personajes— no hay novela; es más, la novela, como nos muestra la primera pieza consumada del género, el Satiricón (mediados del s. I), no es sino una porción de la vida de un hombre o de una mujer.

Saber contar

Ahora bien; hay que saber contarla. Es decir, hay que manejar con acierto las argucias literarias que exige cada peripecia vital para presentársela al lector lo más fielmente posible a cómo se nos confió; este sería el oficio del novelista. No negaré que tengo la potestad de elegir el meollo de la trama, con una notoria predilección por los sucesos reales y hasta históricos —la desaparición de una locomotora, el asesinato de Alfredo Martínez Nadal, la crisis de las cajas de ahorros o el estallido del 15-M— y en esta última, Saga nostra, el encrespado procés. ¿Y cómo lo relaté?

Tal acontecimiento, consecuente con cuanto he dicho, dependió de su protagonista: el ingeniero Agustín Cañizares, y de sus cuitas como bastardo de una muy adinerada familia catalana del sector turístico. Así la narración fue convirtiéndose en la cuenta de las intimidades, con sus aspiraciones y claudicaciones, de tres generaciones del clan Arrate i Genís y de sus provechosos devaneos con el poder; un buen puñado de décadas que abarca desde la llegada de las tropas de Franco a Cataluña hasta la efervescencia del procés.

De modo que dejándome llevar —o sea, sujetándome a las habladurías y recuerdos cosechados por Agustín Cañizares y sin torcerlos un ápice— se tornó en una peculiar historia de Cataluña. Y con parecer esto sugerente para que le diesen, al menos, una ojeada; a mí, la verdad, solo me satisfaría que ustedes, si se deciden a leerla, se compadeciesen de sus personajes y de la enrevesada y hasta atafagante circunstancia que les ha tocado vivir.

'Saga nostra'

Gastón Segura

Editorial Drácena 

216 páginas

18,95 euros