CRÍTICA

'A toda máquina', de Dervla Murphy: cambiar el mundo sobre una bici

La autora plasmó en este libro su viaje en bicicleta desde Irlanda a India

La autora de ‘A toda máquina’, la cicloturista Dervla Murphy.

La autora de ‘A toda máquina’, la cicloturista Dervla Murphy. / EPE

Diego Marín Galisteo

En los últimos años, ciclistas como Luis Ángel Maté, que acaba de poner fin a su carrera deportiva tras diecisiete temporadas en el pelotón, han ido compaginando su labor profesional con otra forma de vivir este deporte. Por ejemplo, el marbellí finalizó en 2021 su participación en la Vuelta a España, una contrarreloj con llegada a Santiago de Compostela, y desde allí emprendió en bicicleta la vuelta a casa junto al también ciclista Antonio Ortiz. En total, 1.000 kilómetros añadidos a los más de 3.000 que tuvo la prueba. Aquello no fue un tema excepcional ya que, desde hace tiempo, ha ido colgando alforjas a su bici para sentir cada pedalada como una aventura. Y ahí, cada cual tiene sus preferencias, su forma de ser autosuficiente. Una toma de decisiones en la que optar por un material y descartar otro; llevar más ropa de abrigo o, en su lugar, algún libro para amenizar los descansos en la ruta.

Algo así tuvo que hacer la cicloturista y escritora irlandesa Dervla Murphy (1931-2022) cuando, en 1963, viajó desde Irlanda a la India en bicicleta para cumplir un deseo de la infancia. En la última página de A toda máquina, el libro donde lo contó, y que ahora ha publicado la editorial Capitán Swing, puede consultarse el material que llevó con ella. Entre la ropa, los artículos de aseo, medicinas, primeros auxilios y recambios, aparecen dos libros: La invención de la India, de Nehru, y Poemas, de William Blake. En su caso, la bicicleta, llamada Rocinante (Roz) en honor al caballo de Don Quijote, y el equipo sumaban un peso que hoy harían arrancar a muy pocos. Esto no fue el único lastre que tuvo que soportar. A los más 7.000 kilómetros que se interponían en su camino tuvo que sumar también la oposición de familia y conocidos. Finalmente, comenzó a girar las ruedas el 14 de enero.

Murphy eligió el formato diario para dejar constancia de su recorrido, lo que le permitió registrar los lugares de paso, añadiendo interesantes reflexiones sobre cada una de las experiencias vividas por Europa y, sobre todo, por Afganistán, Pakistán y su llegada a la India. En Kabul deja claro las bondades de su medio de transporte cuando tras conocer a unos neerlandeses refiere lo perdidos que andaban por haber volado hasta allí: «Estoy debidamente agradecida de haber ido accediendo a Afganistán de manera gradual. Si hubiera volado directamente desde Dublín y aterrizado en Kabul como una recién llegada a Oriente, con los ojos abiertos como platos y un sentido del olfato vulnerable, es posible que también fuera incapaz de apreciar las sutilezas de la vida y la cultura afganas».

Amor por la fatiga y el esfuerzo

Decía el ciclista italiano Alfredo Martini que el campeón Gino Bartali estaba enamorado de la fatiga, del esfuerzo. Esto se ha podido atribuir, a lo largo de la historia y en distinta media, a ciclistas de toda índole, no solo profesionales. Así se entiende mejor el comienzo de la entrada del diario de Dervla Murphy el 23 de mayo, en Rustam: «Sin lugar a dudas, este ha sido el día que más he disfrutado yendo en bicicleta desde que salí de Afganistán. Hemos cubierto 125 kilómetros, cruzado tres puertos de montaña (pueriles todos, de entre 1.800 y 2.100 metros, pero tan empinados que el total superaba los veinticinco kilómetros y medio, un dato no especialmente relajante cuando las temperaturas rondan los 39º C a la sombra y… ¡no hay sombra!).

Resulta igualmente de interés para quien practique el ciclismo en la actualidad encontrar que hace sesenta años ya era una cuestión crucial algo como sacar la mejor foto posible de la bicicleta: «Lógicamente, me moría de ganas de fotografiar a Roz en este enclave histórico». Pero, sobre todo, decidir qué ruta tomar en cada momento, como le ocurrió a ella en el puerto de Babusar, donde tuvo que elegir entre un atajo (más agotador) o seguir por pistas de glaciares (más peligroso para alguien que no conoce cómo las gastan los glaciares).

Enamorarse del sufrimiento encima de una bici, tanto como para viajar de Marbella al Senado en dos días, como hizo Luis Ángel Maté en 2022 (de nuevo acompañado por su fiel escudero Antonio Ortiz) para contar en la Cámara Alta que las bicicletas cambiarán el mundo. Así lo debió de vivir Dervla Murphy, que puso su experiencia sobre el papel para que quien lo deseé pueda seguir su rueda. .

'A toda máquina. De Irlanda a la India en bicicleta'

Dervla Murphy

Traducción de Lucía Barahona

Capitán Swing

304 páginas

24 euros