ENTREVISTA

Maggie Smith, escritora: "Todos los libros son de autoayuda"

'Podrías hacer de esto algo bonito', las memorias en las que cuenta el final de su matrimonio tras descubrir que su marido la engañaba, se publican en España después de haber sido un auténtico 'best seller' en Estados Unidos

La escritora Maggie Smith, autora del libro 'Podrías hacer de esto algo bonito'.

La escritora Maggie Smith, autora del libro 'Podrías hacer de esto algo bonito'. / Devon Albeit

Inés Martín Rodrigo

Inés Martín Rodrigo

No es casualidad que Maggie Smith (Columbus, Ohio, 1977) salga riendo en la fotografía que ilustra esta entrevista. El humor, una de las mejores y más efectivas formas de supervivencia, es parte indisoluble de su identidad, desde que era una niña. Durante aquellos años, su infancia y adolescencia, las sonrisas se alternaban con las lágrimas cuando escuchaba la colección de discos de sus padres, álbumes que ella ha heredado y comparte, ahora, con sus dos hijos.

Y esa misma dualidad, del drama a la carcajada, de la tragedia a la comedia, es lo que se experimenta al leer Podrías hacer de esto algo bonito (Libros del Asteroide). En muchas páginas de ese libro, en el que la autora narra el fin de su matrimonio después de descubrir que su marido la engañaba, puedes acabar llorando de risa, o de dolor. Como la vida tantas veces, casi siempre.

No son unas memorias al uso. No hay rastro de estereotipos, ni literarios ni de ningún tipo, en esta historia construida mediante capítulos breves, escenas de una existencia, compartida, que termina para que empiece otra, propia. La pérdida como comienzo, el final como principio, de todo.

P. Llevo días planteándome una pregunta que, en parte, deriva de la lectura de su libro y, también, de lo que estamos viviendo ahora a nivel social y político: ¿por qué escribir?

R. Yo escribo porque no puedo no hacerlo. Es la forma en que me muevo por el mundo, en que me expreso. No sé exactamente lo que pienso o siento hasta que no lo articulo mediante el lenguaje. Estoy tentada de decir especialmente en tiempos como este, pero no ha habido tiempos que no fueran como este. En todas las épocas, los escritores escriben para expresarse, para plantear preguntas que a veces no tienen respuesta, en ocasiones basta con sugerir esa conversación al lector.

P. Tomando como referencia el título del libro, sacado del poema que la hizo famosa, al viralizarse, ¿consiguió hacer de esto algo bonito?

R. Sí, creo que sí. El título va dirigido a mí. Este es el libro que tenía que escribir para poder escribir otros libros. Es como si hubiera un mueble bloqueando la salida y hasta que no escribí sobre estas experiencias no pude moverlo. Mientras escribía, me miré con atención y asumí mi responsabilidad en vez de simplemente señalar con el dedo. Al final del libro, me sentí mucho más en paz, con mi vida y mis decisiones, y preparada para tomar elecciones diferentes, y eso es algo muy bonito.

P. ¿Puede el daño ser algo útil desde el punto de vista creativo?

R. Sí, puede, pero eso no significa que haya un equilibrio. El arte no tiene que implicar siempre sufrimiento. Yo habría preferido sufrir menos y disponer de un material diferente para escribir. Porque no creo que el arte lo requiera, podemos hacer cosas a partir de la belleza. Pero cuando llega ese dolor puedes decidir convertirlo en algo bello que pueda resultarle útil a gente que ha pasado por algo parecido.

Yo escribo porque no puedo no hacerlo. Es la forma en que me muevo por el mundo, en que me expreso. No sé exactamente lo que pienso o siento hasta que no lo articulo mediante el lenguaje

P. ¿Cómo se trabaja, en lo narrativo, con un material tan propio como una ruptura? Porque entiendo que se necesita cierta distancia para poder escribir sobre ello.

R. Escribí el libro en mitad de la tormenta, no después de los hechos, todo eso estaba sucediendo mientras escribía. Creo que sería un libro muy distinto si lo hubiera escrito ahora o dentro de 10 o 20 años. Todas las respuestas de los lectores, los comentarios que sigo recibiendo, hoy mismo, antes de hablar contigo, es como si validaran el libro, les reconforta ver ese paisaje emocional, lo sienten mucho más cercano, en contraste con lo que supondría observar esa misma situación desde la distancia y la frialdad.

P. ¿Y es posible restañar las heridas escribiendo, lo consiguió?

R. No lo llamaré cura, pero sí diré que hay algo muy satisfactorio, incluso agradable, en escribir sobre cosas difíciles y darles forma, no sólo en mi cabeza, eso que me mantenía despierta de noche, sino fuera de mi cuerpo. Ya escribas para publicar o lo hagas para ti misma, en un diario, articularte a través de la escritura tiene un cierto valor psicológico. Sé que esta no era tu pregunta, pero publicar tu historia es distinto a escribir tu historia, porque cuando lo escribes es tuyo y cuando lo publicas pasa a ser de todo el mundo, es como un niño que entregas al mundo y no sabes cómo lo van a cuidar.

P. Esta es una historia sobre la pérdida como comienzo de otra vida, sobre el final como principio. ¿Es más fácil volver a empezar cuando la literatura alumbra el camino?

R. ¡Sí! Siempre que atravieso un momento difícil en mi vida recurro a la literatura para procesarlo. Una vez tuve un editor que decía que toda la literatura es de autoayuda. Pensamos que los libros de autoayuda son un tipo específico de libros, pero, en realidad, todos los libros son de autoayuda, porque recurrimos a la poesía, a las novelas, a las memorias, a los ensayos, a los libros de ciencia, de Historia, para pensar diferente, para mejorar, para aprender nuevas formas de avanzar. Ciertamente, tanto la escritura como la lectura me ayudan a eso.

P. En el libro mezcla el drama con la comedia, es divertido y conmovedor, se puede reír y llorar en la misma página. ¿Cómo entiende usted esa dualidad, la de la comedia y el drama, cómo los hace convivir en armonía en su escritura? Porque no es nada fácil...

R. El humor ha sido una parte crucial de mi vida desde que era una niña. Descubrí el poder del lenguaje, no a través de los libros, sino cuando fui capaz de contar una historia en las cenas familiares y hacerles reír. En el libro hay mucho humor negro porque yo soy así, y hasta mis hijos, somos capaces de reírnos de las peores cosas. Porque si no te ríes, lloras. Para nuestra supervivencia, tenemos que ser capaces de ver el humor, incluso en las peores cosas.

La escritora Maggie Smith, fotografiada en su casa de Ohio.

La escritora Maggie Smith, fotografiada en su casa de Ohio. / Devon Albeit

P. Quiero preguntarle por sus referencias literarias. ¿Le gusta ser comparada con Nora Ephron? Se lo pregunto porque al pensar en su libro, en su poesía, a mí se me viene a la cabeza Mary Oliver.

R. Oh, eso es muy halagador. Mary Oliver también era una poeta de Ohio, como yo; la semana pasada, volví a algunos de sus poemas porque son atemporales, hablan de la naturaleza y me hacen ver lo resistente que es, siempre estará ahí, a pesar de lo empeñados que estamos en destruirla. Y Nora Ephron... Cuando empecé a escribir el libro, llamé a mi agente y le pregunté por qué no había hecho yo eso, escribir una novela, podría haberme escondido en la ficción. Pero yo misma respondí a mi pregunta: no podría haber movido el mueble al que me he referido antes si hubiera escrito ficción, tenía que escribir desde el centro del dolor, ser radicalmente vulnerable para poder aclararme esta experiencia creativamente y sólo así ser capaz de escribir de otras cosas.

El arte no tiene que implicar siempre sufrimiento. Yo habría preferido sufrir menos y disponer de un material diferente para escribir. Podemos hacer cosas a partir de la belleza

P. En el libro, también hay un montón de referencias musicales, playlist, canciones. ¿Qué papel desempeña la música en su vida de escritora?

R. Escucho música más de lo que leo o escribo. Llevo obsesionada con la música desde niña. Empecé a escribir poesía porque escuchaba los discos de mis padres y transcribía las letras, intentando entender lo que decían. La música es la forma artística con la que más interactúo. No podría vivir sin libros y sin música. Me ayuda como me ayuda la poesía. Escribir y leer poesía tiene que ver con ser capaz de decir lo que no se puede expresar, y la música hace eso, a veces escucho una canción y me lleva a un lugar al que no podría llegar de otro modo. Soy una fanática de la música rin remedio.

P. La memoria, los recuerdos, ocupan un lugar destacado en la trama de esta historia, que es la suya. Se pregunta: "¿Se convierten nuestros recuerdos por separado en dos cosas distintas, irreconocibles la una para la otra?". Hábleme de su relación con la memoria y de cómo determina quiénes somos y en quienes aspiramos a convertirnos.

R. Creo que nací nostálgica [ríe]. Cada vez que vivo algo pienso en cómo lo recordaré después. Siento que siempre estoy en tres sitios al mismo tiempo: en el presente, en las experiencias parecidas que he tenido antes y en lo que pensaré en el futuro sobre lo que me está sucediendo ahora. Ese modo de pensar me permitió convertirme en escritora, porque la memoria es mi material, da igual que escriba poesía o prosa, incluso ficción. La cuestión con la memoria es que recordar las decisiones que tomamos, la persona que éramos, nos ayuda a clarificar quién queremos ser en el futuro, lo que queremos hacer. La Historia es instructiva, personal y culturalmente. Me encanta ser una especie de recolectora de experiencias, llevo todas esas cosas conmigo, esas memorias, tanto las buenas como las terribles. Creo que así es como crecemos y cambiamos.

P. Hablando de crecer y de cambiar, ¿qué Maggie salió de este libro?

R. Creo que una más valiente, por necesidad. También creo que soy más autocompasiva y me respeto más. Una de las mejores cosas de vivir el peor escenario posible y sobrevivir es que te hace temer menos el futuro, porque sabes que si superaste eso podrás enfrentarte a lo que venga a continuación.

P. Otra cita, del libro: "Cuando estas páginas salgan de imprenta, cuando estés leyendo esto, ojalá me encuentre yo en un lugar de perdón". ¿En qué lugar se encuentra ahora?

R. Creo que estoy todo lo cerca que puedo de ese lugar, pero lo llamaré mejor aceptación, que es un poco diferente del perdón, es un pariente cercano del perdón. He aceptado lo que sucedió, todo el mundo hizo lo que pudo, lo mejor que pudo, y no es mi papel decir si alguien pudo hacerlo mejor, fue lo que fue. Creo que estoy en un lugar de aceptación. Lo que quería encontrar al escribir este libro era paz, vuelvo a esa palabra. Y estoy en paz, sí.

Me encanta ser una especie de recolectora de experiencias, llevo conmigo todas mis memorias, las buenas y las terribles. Así es como crecemos y cambiamos

P. Una curiosidad: cada vez que en el libro se dirige al lector, cosa que hace con frecuencia, habla de lectora, definiendo el sexo del público al que va dirigido el libro. ¿Por qué?

R. No creo que escribiera este libro sólo para mujeres, pero era consciente, por quién soy y lo que estaba escribiendo, que probablemente lo leerían más mujeres. Un libro que se centra en un divorcio, en la crianza de hijos, y critica el patriarcado, probablemente va a tener más lectores entre las mujeres. Pero también, afortunadamente, ha habido hombres que me han dicho que la lectura de mi libro les hizo ver su matrimonio de manera distinta, les llevó a sentarse con su pareja y tener una conversación porque no querían llegar al punto que yo describo, y estoy muy agradecida por eso.

P. En el libro menciona con frecuencia las redes sociales, incluso hay un capítulo de tuits. ¿Qué papel tienen, como herramienta literaria, creativa, social, en su vida? Y se lo pregunto especialmente ahora, que debemos enfrentarnos a bulos, fake news y tantísima basura virtual.

R. Creo que la poesía está construida para ser compartida en las redes sociales. Las redes sociales son un sistema de difusión perfecto para muchas cosas, algunas de ellas terribles, pero otras preciosas, como los poemas. Una de las cosas que más me gusta de estar en las redes sociales es estar conectada con otros creadores que comparten lo que hacen y yo puedo recibirlo y que me impacte, del mismo modo que yo puedo compartir lo que hago en Ohio con gente de todo el mundo en un solo instante. Las redes sociales son una fuente de doble filo, pueden ser usadas para el bien y para el mal. Y no voy a abandonarlas, porque creo que es muy importante que los creadores las usemos para el bien.

P. Por último, le traslado una pregunta que usted misma se plantea en el libro: ¿cómo puede esta historia, esta experiencia, serle útil a otras personas?

R. Vuelvo a que todos los libros son instructivos, de autoayuda. Mi esperanza, y por lo que me trasladan los lectores es lo que ha sucedido, lo cual es muy conmovedor, era conseguir que al menos una persona se sintiera menos sola, escuchada. Eso me hace sentir que hice lo correcto, pese a que hubo momentos en que me daba miedo contar esta historia. Contar historias es una de las cosas más poderosas que podemos hacer, para nosotros mismos, pero también para otra gente, porque así creamos comunidad.

'Podrías hacer de esto algo bonito'

Maggie Smith

Traducción de Regina López Muñoz

Libros del Asteroide 

384 páginas. 21,95 euros