CRÍTICA

'El vuelo de Sora', de Ramiro Chávez Gochicoa: un libro nada casual

Con dibujos de Ana Sol, esta fábula es una indeleble experiencia lectora y visual

El escritor mexicano Ramiro Chávez Gochicoa

El escritor mexicano Ramiro Chávez Gochicoa / EPE

Juan Carlos Abril

Pocos libros poseen la habilidad de ofrecerse a edades comprendidas entre 9 y 99 años, como El vuelo de Sora, la historia de un tiburón que quiere volar. Con entusiasmo y tenacidad, Sora no ceja en su empeño y va buscando métodos y fórmulas para conseguirlo. Es un viaje iniciático en el que tiene que entrevistarse con distintos personajes y amigos, superando obstáculos y enfrentándose a arriesgadas aventuras. Un viaje de aprendizaje. El aprendizaje de la vida.

"Tienes que saber que los tiburones que tienen confianza en sí mismos sienten sobre sus aletas quebrarse las palabras del universo" (49), asegura Chanoc, uno de los caracteres más emblemáticos de esta fábula, con una frase lapidaria de autoafirmación y autoconfianza. Continúa: "Cuando creas que estés cerca del final, y solo si logras vencer todas las paredes de tus miedos internos, encontrarás algo que te ayudará a resolver tu sueño" (ibídem), para concluir que "el propósito no era el destino sino el viaje en sí, la ilusión, el arrojo, la perseverancia y el tiempo que le dedicaste" (62), ya que "para poder realizar tu sueño, tienes que recuperarte a ti mismo· (63).

La editorial granadina Sonámbulos ha publicado un relato emocionante y de superación. Ramiro Chávez Gochicoa (Villahermosa, Tabasco, México, 1969) nos regala la peripecia de un tiburón blanco que un día sube a la superficie del agua y observa a una niña jugar con un avión de papel. Así comienza la aventura, o mejor una invitación para emprender un viaje que parece imposible, junto con un mapa para realizarlo. Los amigos de Sora insisten en que es un vuelo imposible, pero él no se resigna. Su aspiración lo lleva, antes que al cielo, a visitar lo más profundo del océano, que equivale a lo más profundo de uno mismo.

Obligación de descender

El autor nos interpela, puesto que el ascenso supone, desde el principio, la obligación de descender. El vuelo de Sora se plantea como un avatar de la provocación eterna: ¿te atreverás a bucear en las profundidades, por ver si regresas transformado, un poco menos ignorante de ti mismo? En todo caso, vale la pena intentarlo. No olvidemos que la palabra sora en japonés significa cielo… y ese quiere ser el destino de todos nosotros, que también tratamos de conseguir lo que nos proponemos. A la verdad y a la belleza se le une la fuerza.

El vuelo de Sora comienza con la frase "la imagen no era algo usual" (5), porque no es un cuento solo para jóvenes, como hemos advertido, y a partir de ahí nos preparamos para emprender ese viaje absorbente por el que circulan referencias culturales y fílmicas muy variadas y sabiamente urdidas, funcionando a modo de intertextos, sin interponerse entre el significado final de la obra y la percepción del lector. Quien las capte todas recibirá una gratificación, pero si no se descifran esos guiños no supondrá ninguna traba para disfrutar la historia y atrapar su mágico mensaje.

Por las páginas desfilan el casco (27) de Klaus Kinski en Aguirre, la cólera de Dios (1972), del legendario Werner Herzog; el submarino de Steve Zissou (36), o sea, el fantástico Bill Murray interpretando a Jacques Cousteau en Life aquatic (2004), de uno de los mejores directores contemporáneos, Wes Anderson; la icónica imagen de Tiburón (1975), de Steven Spielberg (39); Clint Eastwood en la figura de Chanoc (44); el submarino amarillo de The Beatles (61); el unicornio azul de Silvio Rodríguez (ibídem); la perra astronauta Laika y David Bowie jugando a las cartas (67), y mil y un pormenores que el lector avisado y ávido encontrará o sabrá reconocer…

En cualquier libro destinado a jóvenes –aunque, insisto, este volumen se recomienda para todo tipo de público–, los dibujos cumplen un papel importante. Ana Sol (Villahermosa, Tabasco, México, 1996) se encarga de ilustrar con detalle este trabajo excelente, aportando una perfecta comunión entre la trama y la fábula, dotando al conjunto de una indeleble experiencia lectora y visual. Solo para sensibilidades dispuestas a superarse.

'El vuelo de Sora'

Ramiro Chávez Gochicoa

Ilustraciones de Ana Sol

Sonámbulos Ediciones

76 páginas

17 euros