CRÍTICA

Crítica de 'Extrañas', de Guillermo Arriaga: el poder del libre albedrío

El último libro del mexicano no es una sola novela, son varias recogidas en una soberbia escritura

El escritor mexicano Guillermo Arriaga

El escritor mexicano Guillermo Arriaga / José Luis Roca

Raquel Espero

Si quieren leer un libro normal se han equivocado de sitio. Si buscan un gran tema central, delicado y profundo, de los que dejan poso, una novela de aventuras, una antigua novela de aristócratas ingleses mezclada con la evolución de la ciencia, la farmacia y la medicina, sí es su libro. Pero aún hay más, si quieren sorprenderse con una forma inusual de escritura, no lo duden, es el libro.

Todo comienza en el siglo XVIII en Inglaterra, cuando en una gran familia terrateniente, William Burton, a punto de cumplir 18 años, debe ir conociendo la gestión de la hacienda y las tierras. En una de sus salidas de reconocimiento descubre uno de los grandes secretos de la zona, escondidos y ocultos para muchos: seres humanos atados cual animales, viviendo como ellos, seres deformes con poca capacidad de comunicación o nula. Su tutor, quien le ha fomentado la curiosidad por el conocimiento científico, no puede contener las indagaciones que hace hasta conocer quiénes son esas personas y por qué están así. Esto motiva la plena renuncia a sus derechos de herencia, ser exiliado por su padre y descubrir su vocación, la medicina.

Otras capacidades

La base central de la novela es el conocimiento de personas con otras capacidades, en situación de discapacidad, con discapacidades funcionales, acondroplasia o malformaciones genéticas, y no solo su tratamiento científico, sino el morbo con el que son aún tratados, las disquisiciones teológicas que han producido y la forma en la que han de afrontar la vida con los cuidados necesarios y con las necesidades físicas y espirituales que sufren ellos y los familiares. Toda esta investigación y aprendizaje lleva a nuestro protagonista a la búsqueda del conocimiento, a través de un caso en concreto, las llamadas extrañas, que lo lleva incluso a tierras casi desconocidas, lejanas y recónditas a través de los mares para hallar una posible solución médica.

En cuanto a la escritura de la novela, la singularidad y la originalidad la convierten en un proceso magistral de una técnica depurada. No encontrará un solo que, ni un aunque o un porque, reelaborando de forma continuada el lenguaje. Los vocablos utilizados han sido especialmente revisados y comprobados y ninguno es posterior a 1790.

Voces de la época

Deberán hacer también uso del diccionario porque Arriaga se ha molestado muchísimo en buscar voces de la época sustituyendo a palabras que hoy sí existen pero que aún no habían sido inventadas en los años en los que se sitúa la historia. Si hablamos de los signos de puntuación nos sucede exactamente lo mismo, no hay casi puntos seguidos, muy pocos puntos aparte, ni capítulos ni bloques. A pesar de todas estas trabas que se propone el autor en la creación, la novela es de lectura rápida y ágil y sorprende al lector la velocidad a la que se es capaz de leer sin tener esas pausas.

Todo lector debería tener la oportunidad de leer un libro con estas características una vez en la vida

La novela además, por el trasfondo que conlleva, invita al espectador a plantearse o replantear cuál es su posición con respecto a estas personas y cuestiona cuál es la filosofía de vida, si merece la pena dejarse llevar por las facilidades de una situación económica desahogada con todo un futuro por delante para disfrutarlo o ser consecuente con la vocación a la que se siente llamado el protagonista y complicarse la vida a favor de los demás.

Similitudes

En el desarrollo de la historia no podrán dejar de ver similitudes con otras grandes novelas. Por ejemplo, en la evolución del joven hasta su edad adulta recuerda a Charles Dickens con su David Copperfield. La sensación de soledad de William en su exilio tras haber sido echado del seno familiar tiene reminiscencias a Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. El tratamiento de las malformaciones en los distintos pacientes rememora al Frankestein de Mary Shelley en la parte de aventuras no tiene nada que envidiar a Daniel Defoe o a Robert Louis Stevenson con La isla del tesoro. Estilos variados en una sola historia que la hacen redonda en su conjunto. La última frase de la historia es la clave para comprender todo.

Creo que todo lector debería tener la oportunidad de leer un libro con todas estas características, al menos, una vez en la vida. La reflexión que llega a través de la historia central, las aventuras, las penurias y alegrías por las que pasa el protagonista y sobre todo la escritura hacen de ella una rara avis.

'Extrañas'

Guillermo Arriaga

Alfaguara

496 páginas

20,90 euros