Opinión | BOTÓN DE NÁCAR

En busca del padre

Todos queremos conocer mejor a nuestros progenitores

Una escena de 'Aftersun', película dirigida por Charlotte Wells

Una escena de 'Aftersun', película dirigida por Charlotte Wells / EPE

En la novela que acaba de publicar en español Amélie Nothomb, Primera sangre (Anagrama, como siempre en traducción de Sergi Pàmies), la escritora belga nacida en Japón y residente en París reconstruye una parte de la vida de su padre, Patrick Nothomb. Descendiente de la aristocracia empobrecida por la guerra, Patrick apenas conoció a su padre: murió cuando él tenía ocho meses. Su madre no se recuperó de aquello y mandó a su hijo con sus padres, abuelos que lo criaron ante la ausencia casi total de la madre. Estaba tan ausente que Patrick la sustituyó por un retrato hecho por un pintor.

La vida del padre de Amélie Nothomb es bastante novelesca; primero, por las temporadas en el castillo del abuelo paterno, rodeado de la tropa de hijos del abuelo casi de la edad de Patrick y, luego, porque su trabajo de diplomático lo llevó a ser uno de los casi dos mil rehenes en un hotel del Congo recién independizado. Justo ahí empieza Nothomb su relato: con el padre a punto de ser fusilado con veintiocho años.

Primera sangre resuelve algunas dudas sobre el origen de la escritora. Pero lo que me impresiona de este libro es el impulso de hacer hablar a su padre, muerto en la primera fase del covid-19. De una manera aparentemente paradójica, la muerte del padre le dio ganas de conocerlo, de saber más sobre él ("La muerte nos revela la existencia de los demás", dijo en la rueda de prensa que ofreció en Barcelona para presentar la novela en España).

BISAGRA

Reconozco un impulso similar en el debut en la narrativa de Violeta Gil, Llego con tres heridas (Caballo de Troya). Gil, miembro de la compañía teatral La Tristura y autora de Antes de que tiréis mis cosas, creció sin su padre. Pero para llegar a eso, para hablar de la herida de la ausencia del padre (que no es tan fácil) da un rodeo y por eso su libro empieza hablando de su abuelo, el padre de su padre. También porque su padre es la bisagra entre el abuelo y ella. El libro es emocionante, sobre todo la parte central, la dedicada a su padre, que se podría resumir en el deseo de Violeta Gil de hablar con su padre. 

La cineasta Charlotte Wells ha debutado en el largo con Aftersun, donde cuenta unas vacaciones padre-hija, padre separado de madre e hija preadolescente luminosa. El hotel no es tan guay como esperaban (está en obras y tiene un aire de cutrez), pero se esfuerzan, hacen lo que pueden y, sobre todo, lo graban: estrenan una cámara de vídeo.

La película no da los detalles, pero el espectador entiende que esa es la última vez que el padre y la hija se ven, y que lo que hace Charlotte Wells es tratar de atrapar a su padre. Como Amélie Nothomb, como Violeta Gil, como todos, todos queremos conocer mejor a nuestros padres.