CRÍTICA

'De nuevo centauro', de Katixa Agirre: la utopía del pasado

La novela última novela de la escritora vasca es una honda reflexión sobre un realismo más allá del realismo

La escritora Katixa Agirre, fotografiada en Barcelona.

La escritora Katixa Agirre, fotografiada en Barcelona. / Jordi Otix

Ricardo Baixeras

Tras el éxito de Las madres no, la escritora vasca Katixa Agirre (Vitoria, 1981) entrega una novela no tanto distópica, que también, cuanto fuertemente especulativa, casi con tintes filosóficos y ensayísticos, y que reflexiona sobre dos mundos conviviendo en paralelo.

Al situar en el centro de la tensión narrativa una historia proyectada hacia el futuro que, no obstante, trata de hurgar en las heridas del pasado de una figura como Mary Wollstonecraft -un pilar fundamental de la teoría feminista contemporánea gracias a su libro Vindicación de los derechos de la mujer (1792) y madre de Mary Shelley, la autora del clásico Frankenstein o el moderno Prometeo-, Agirre pergeña una nueva ficción dibujando figuras femeninas relevantes como lo fueron Sylvia Plath y Doris Lessing en Las madres no

Lo que se narra en De nuevo centauro es un día en la vida de la diseñadora del metaverso Paula Pagaldai que, gracias a unas gafas de realidad virtual, logra corporeizarse en un avatar llamado Viktor que viaja a París y al mundo virtual de Delphi, lo cual le permite relacionarse sexualmente con Mary Wollstonecraft diluyendo y confundiendo deliberadamente no solo los espacios mentales reales e imaginarios, también las fronteras que delimitan lo otro del propio cuerpo. De ahí que Agirre cierre con una enigmática frase: "Dejando atrás el cuerpo y lista para soñar con el futuro".  

Se trata de la utopía de un pasado que hace que la novela funcione como una honda reflexión sobre un realismo más allá del realismo, sobre los significados nada evidentes que aplicamos a la idea de aquello que entendemos como realidad, sobre los usos del pasado en el porvenir y sobre los límites entre lo real y lo simulado porque a menudo la "raya que separa la realidad y la virtualidad no es clara y, generalmente, eso que llamamos realidad no es sino una experiencia mezclada en la que se puede colar sin previo aviso lo que entendemos por virtualidad. Los objetos digitales y los físicos pueden ser complementarios y afectarse mutuamente".

LAS MINUCIAS DEL PRESENTE

Pero en el túnel del tiempo que Agirre trata de dibujar también se narran los parámetros que conectan el pasado con el futuro saltándose las minucias del presente, al que apenas se le da importancia. 

Traducida del euskera por la también novelista Aixa de la Cruz, la obra bascula entre los acontecimientos en torno a los nacimientos de los hijos de Mary Wollstonecraft y la importancia de una conciencia pertrechada digitalmente en la que no tiene cabida la muerte.

De hecho, es más que posible que Agirre haya querido construir en paralelo un discurso que quiera enfrentarse a la idea de la muerte, a lo por venir que alcanza inevitablemente desde las tres realidades que ficcionaliza: la virtual, la aumentada y la extendida.

La novela es también la flecha que da en el arco temporal de los años más convulsos de la Revolución francesa con especial atención a Versalles y a la muerte de Luis XVI. Un hallazgo.

'De nuevo centauro'

Katixa Agirre 

Tránsito 

232 páginas

19,95 euros