CRÍTICA

'Madrid me mata', de Elvira Sastre: palabras de amor a una ciudad

La escritora, premio Biblioteca Breve en 2019, apuesta por la prosa autobiográfica en ‘Madrid me mata’

La escritora Elvira Sastre.

La escritora Elvira Sastre. / David Castro

José Ramón Navarro Vera

Los lugares urbanos están ligados a las palabras que los nombran, palabras que expresan la vida y la belleza que hay en ellos, o el amor que inspiran… La ciudad, sus calles y su gente son una fuente inagotable de estímulo para los poetas. La palabra poética, rotunda como un sillar, reconstruye la ciudad. He pasado mi vida estudiando e intentando interpretar las ciudades sin alcanzar un resultado satisfactorio. Por eso, me he sentido siempre atraído, y deslumbrado, por poetas y escritores, que, sin ninguna intencionalidad, reflejan lo urbano con sus estrofas o su prosa. Esta es la motivación que me ha llevado a la lectura de Madrid me mata. Diario de mi despertar en una gran ciudad, obra en prosa de la poetisa Elvira Sastre en la que nos enseña a mirar esta ciudad "intentando siempre encontrar algo distinto para mostrarlo con palabras".

El mar es la construcción metafórica de esta gran ciudad que imagina la autora: "Yo decidí ver Madrid como un gran océano en el que zambullirme para ver a los peces de colores, el sol de media tarde, el azul intenso y cambiante de los días". Pero, sobre todo, esta obra nos transmite la relación de amor con una ciudad: "Me has dado amor profundo y real, me has dado ilusión de la que daña, me has dado pasión incontrolable y una libertad que defenderé hasta que muera, me has dado tristeza absoluta y también la manera de comprenderla, me has dado la nostalgia que se enciende con las farolas de la noche, me has dado rabia y la fuerza necesaria para combatirla, me has dado voz, me has dado palabra".

EXPERIENCIA SOLITARIA

Este relato autobiográfico evoca la experiencia que, como la autora, algunos también hemos tenido cuando se llega a una gran ciudad para quedarse a vivir en ella, una experiencia que suele estar asociada a la soledad: "La primera vez que llegué a ti lloré". La autora aparta de ella la soledad, aunque reconoce que "Madrid también daña, también mata. Pero si la sientes tuya no va a cerrarte la puerta nunca".

En este sentido, Madrid me mata remite a relatos de otras autoras, como La ciudad solitaria. Aventuras en el arte de estar solo, de Olivia Laing, y, sobre todo, a La mujer singular y la ciudad, de Vivian Gornick, también autobiográfico, como el de Sastre. En este último, la autora vive sola en Nueva York, pero no se siente sola para lo que no tiene más que mirar por la ventana para sentir que "la ciudad la abraza por la hileras de ventanas iluminadas que se elevan hacia el cielo", como nuestra autora, saliendo a su balcón ( siempre busca alquilar pisos con balcón) "para poder estirar el brazo y estar a punto de tocar las flores de los árboles". 

Siempre que termino la lectura de poemas o de relatos, que tiene por protagonista a la ciudad, y que me han seducido mientras los leo, me queda una extraña sensación anhelante por algo no cumplido que me impulsa a seguir leyendo esta clase de literatura. Puede ser que lo que realmente busco en estas ciudades literarias es a mí mismo, transitando por esa ciudad primigenia que todos llevamos con nosotros, como nos recuerda Constantino Kavafis: "La ciudad irá en ti siempre […]. Pues la ciudad siempre es la misma".

'Madrid me mata. Diario de mi despertar en una gran ciudad'

Elvira Sastre

Seix Barral 

304 páginas

19,90 euros