CRÍTICA

'La sombra exiliada', de Norman Manea: la soberbia voz del exilio

El escritor rumano vuelve a mostrar su enorme poder narrativo con su última novela

El escritor rumano Norman Manea

El escritor rumano Norman Manea / EPE

Javier García Recio

Llevaba años Norman Manea alejado de la novela. Su último relato, La guarida, data de 2012. Hablar de Norman Manea es hablar de gran literatura. Cierto que es un escritor complejo, dueño de una prosa apoyada en códigos cifrados que resulta difícil de leer, que exige para su comprensión un nivel intelectual como el que exhibe el propio Manea.

Ello no impide, bien al contrario, señalar a Manea como la voz más destacada de la narrativa rumana de nuestro tiempo, junto con Mircea Cartarescu, que apoyado en una soberbia obra narrativa ha ejercido un magisterio literario muy grande en los últimos cincuenta años. Propuesto reiteradamente para el premio Nobel y aclamado por otros autores como Günter Grass, Octavio Paz, Orhan Pamuk, Philip Roth o Antonio Muñoz Molina, en España. 

Alejado durante una década de la novela, Manea regresa ahora con La sombra exiliada, donde vuelve a proyectar sus recuerdos y sus grandes obsesiones centradas en el desarraigo obligado de los que sufren la persecución ideológica y política. La sombra exiliada es la del propio Manea, obligado, como el propio protagonista, el Nómada Misántropo -alter ego de Manea- a la supervivencia en los campos de concentración de Transnistria, a su subsiguiente existencia en una dictadura comunista y al exilio en Estados Unidos.

El diálogo entre el protagonista, el Nómada Misántropo, y su viejo amigo Günther, un rumano ferviente comunista pero crítico con la Rumanía de la dictadura y obsesionado con la culpa alemana y sus implicaciones actuales es, de hecho, una retrospectiva de la realidad de la posguerra en Europa del Este. Lo que mantiene constante la intensidad épica del libro es la relación íntima entre el protagonista y su hermana, huérfanos y sobrevivientes del Holocausto, marcada por el trauma del campo y la culpa de haber sobrevivido, así como por el deseo de encontrar un equilibrio en el presente. La novela es, de hecho, un recorrido por los dramáticos acontecimientos del siglo XX: nacionalismo, fascismo, guerra mundial, estalinismo y exilio. 

HISTORIA PERSONAL

La novela transita sin atajos por la propia historia personal de Norman Manea. Desde Bucovina, la región rumana donde nació, tuvo primero, siendo un niño de cinco años, que montar en el tren de ganado en el que le metieron los nazis rumanos y soportar el internamiento en el campo de concentración de Transnistria, en Ucrania. Después, adolescente, vio primero cómo el estalinismo lo utilizaba, cuando aún creía en sus primeros cuentos y después, con el distanciamiento, soportar su opresión y sus miserias. La insoportable persecución del régimen estalinista de Ceaucescu le obligó a buscar refugio, primero en Alemania, después en EE.UU., donde reside y donde alcanzó la estabilidad que le permitió el reconocimiento mundial de su obra.

En La sombra exiliada vuelve también, como en otros relatos anteriores, a poner en el centro del mismo su preocupación por el compromiso político que debe jugar el intelectual exiliado en un país extraño y por ello perdido a veces en el laberinto que dibujó Borges en su relato La muerte y la brújula. Pero además Manea sabe estar en el presente y sabe de la circulación vital, por ello transporta al lector desde el ambiente comunista y poscomunista de Rumania hasta el de EE.UU. actual.

Y al final de la lectura de La sombra exiliada, tal como señala el texto de promoción, el lector se sentirá, probablemente, compañero solidario del nómada melancólico e irónico que nos acompaña con humor, escepticismo y su tenaz empeño por sobrevivir. Cercano ya a los 87 años, Norman Manea ha pasado más de media vida remando hacia el lugar que el nazismo primero y el estalinismo después le negaron. Su soberbia obra narrativa se vio durante años despreciada, arrinconada y de manera general silenciada. Pero la literatura, la gran literatura trasciende el tiempo, lento y caprichoso y se sobrepone al silencio y al olvido.

Afortunadamente Manea ha vencido todos esos contratiempos. Dotado de un poder narrativo enorme, Manea ha ido creando una literatura muy personal, apoyada en la intensidad de lo que narra que le convierten en un novelista clave de la literatura actual. Es esa escritura sin concesiones, muy interiorista y particular, mirando siempre al interior de las personas, lo que la hace, como decíamos al principio, enrevesada en sus descripciones, algo críptica, lo que obliga a que leer a Manea requiera cierta complejidad y tiempo. Pero en Manea no sobra nada. Todo es soberbio.

'La sombra exiliada'

Norman Manea

Traducción de Marian Ochoa de Eribe

Galaxia Gutenberg

304 páginas

22,50 euros