PERFIL

Ferran Guallar, el simio sofisticado

Durante 10 años fue presidente en España, África Oriental y Europa del Instituto Jane Goodall, y acaba de debutar en la novela con 'La parte salvaje'

El escritor Ferran Guallar

El escritor Ferran Guallar / EPE

Anna Alós

Con su ópera prima aún caliente, Ferran Guallar, puesto con celeridad de alumno a docente, dice a sus estudiantes de narrativa que la más frecuente de las motivaciones para escribir es: “Os vais a enterar”. Es la magia del teclado, amar, odiar, nacer, morir.

En la novela, La parte salvaje, aparece una primatóloga, presidenta de una Fundación con cuentas en paraísos fiscales y que estudia los primates, Beth Jones, mujer fría, calculadora, manipuladora, “frígida y eterna candidata al Nobel”, dice otro personaje. En su vida real, Guallar ha sido durante diez años presidente en España, África Oriental y Europa del Instituto Jane Goodall dedicado al estudio de los chimpancés y dirigido por la etóloga británica que le da el nombre, candidata al Nobel en más de una ocasión. “No creo que su desarrollo científico haya llegado tan lejos como para un premio”, comenta el autor al cuestionarle un paralelismo que ni afirma ni niega.

Quiso ser biólogo pero estudió Económicas por presión familiar. Obedeció, y ya trabajando en Microsoft venció la fuerza del deseo frente a la licenciatura, se colgó el petate a la espalda y anduvo por el mundo generando preguntas no siempre con respuesta. Hasta que llegó a la selva y a Goodall.  “Ella estaba enfocada a los chimpancés, yo a cuidar del bosque”. Juntaron fuerzas, y así diez años.

Hasta que un día se abrió una puerta y volvió a otra selva, la urbana. Las razones poco importan, en cualquier caso dieron paso a esta novela que sucede en África, en los alrededores de la caótica ciudad de Kendara, unas veces en la selva, otras en la sabana.

Dos Alfas en decadencia conducen la historia: Paul Murray, antropólogo del equipo de Jones cuestionado por su gente, y Seejo, un chimpancé herido y destronado. Ya al principio hay un asesinato, ingrediente primordial de un thriller, aunque no vuelve a rozar el género hasta casi el final. El elenco femenino está tratado con delicadeza, casi todo.  “Las mujeres que aparecen son Alfa”, recalca el autor. Es cierto, triunfan incluso en las escenas de sexo, del todo funcionales, “porque no me sale escribir de sexo, es difícil para un hombre hacerlo y que no le tachen de machista”.

Relativizar

Hay reflexiones del autor especialmente subrayables: “La abstracción nos distingue de los animales, vivimos en mundos inventados y casi siempre hechos a medida, lo de los animales no tiene nada de falso. Al trabajar con chimpancés relativizas”. Darwin lo hizo y revolucionó la ciencia. “Quien tiene pareja, ¿alguna vez ha pensado que cada noche se va a dormir con un mono? Sofisticado, pero mono al fin”. También la idea es sofisticada.

En las primeras páginas se detecta el academicismo del que va a clases de baile y al llegar a la fiesta cuenta los pasos. Es decir, Guallar es impecable, incuestionable en el estilo, pero el lector que necesita acción puede estar tentado de abandonar; es importante esperar, porque el tono va in crescendo hasta sumergirle de lleno en un poblado africano, de vida dura, en el que se mastica el polvo y en el que todo puede suceder.

Actitudes de humanos y simios conducen a una predestinación inevitable, cruel a veces, pero Murray encuentra salidas, como Seejo.

En cuanto a Jones-Goodall, cualquier parecido con la realidad queda a cargo del lector.

'La parte salvaje'

Ferran Guallar

Navona Editorial

304 páginas

19,50 euros.