CRÍTICA

'Historia de una trenza', de Anne Tyler: la familia, esos extraños

La escritora estadounidense realiza un soberbio retrato de los entresijos de la clase media americana en su última novela

La escritora estadounidense Anne Tyler

La escritora estadounidense Anne Tyler / EPE

Javier García Recio

En 1964, con 23 años, Anne Tyler (Minneapolis, 1941) publicó su primera novela, Al caer el día, iniciando así una carrera literaria que ha ido consolidando con títulos como El turista accidental, Ejercicios respiratorios (premio Pulitzer en 1989) y Reunión en el restaurante nostalgia, que la han convertido en una extraordinaria escritora gracias a su capacidad para retratar con maestría a la gente normal, especialmente a la familia media americana, esa clase media que ella sabe dibujar con su estilo habitual y su sabiduría sutil. Nadie escribe mejor sobre las familias y sus secretos.

Esos cerca de 60 años de carrera literaria le han permitido a Tyler firmar 23 exquisitas novelas, donde el atractivo, como siempre, se basa en estar al tanto de los sentimientos, las inseguridades, las incertidumbres y las peculiaridades de la gente común que cobran vida en las manos de la autora estadounidense.

Su último trabajo, Historia de una trenza, que acaba de publicarse en España de la mano de editorial Lumen, es un claro ejemplo de ello, aunque quizá habría sido más convincente y adecuado con la trama del relato mantener la traducción literal del título en ingles, French Braid, esa trenza francesa que refleja la idea de que las familias se parecen mucho a esa trenza, pues también ellas se componen de mechones entrelazados. Pero también, como las trenzas, las familias pueden desenredarse. Y cuando lo hacen, los mechones individuales a menudo muestran la raíz, el nacimiento del conflicto.

Esta interesante lectura sobre los nudos de los lazos familiares que evoca Historia de una trenza está llena de sabiduría al trazar un viaje brillantemente perspicaz, dolorosamente cierto y divertido de las debilidades de una familia, desde la década de 1950 hasta el mundo cambiado de hoy, coronavirus incluido.

La novela nos presenta a tres generaciones de los Garrett, una familia corriente de Baltimore. Abarca 60 años, desde unas vacaciones junto al lago Deep Creek, en 1959, cuando Dwight D. Eisenhower estaba en la Casa Blanca y el sueño americano estaba vivo, hasta la pandemia actual. 

Comienza en 2010, cuando la nieta Serena cree reconocer a su primo Nicholas en una estación de tren de Filadelfia. James, su novio, está desconcertado por el hecho de que ella duda, pues no acierta a reconocerlo; encuentra extraño e inexplicable que los miembros de una familia relativamente pequeña no parezcan conocerse. "Únicamente nos vemos en bodas, funerales y cosas así", se justifica Serena. Siguiendo la lectura de esta historia vemos que, efectivamente, los Garrett son una familia que realmente no se conocen, ni saben qué decirse unos a otros.

Desunión familiar

Luego Tyler nos transporta a 1959, el año de las primeras vacaciones de la familia Garrett en el lago Deep Creek. Robin Garrett consigue dejar el negocio de suministros de fontanería en manos de su socio para disfrutar de esas primeras vacaciones familiares. Va con su esposa Mercy y sus tres hijos: Alice, que tiene 17 años; Lily, de 15, y el pequeño David, de 7 años, que entonces ya es el más alejado del resto de la familia. Es la hija mayor, Alice, la que revisa y relata los misterios de la desunión familiar que surge de su incomunicación, de no poder ni querer decirse las cosas unos a otros con franqueza y de hacer de esta situación una brecha prácticamente infranqueable. 

La historia continúa para iluminar que no es la geografía lo que resulta infranqueable. Tyler salta entre personajes y décadas para crear lo que al final es un retrato familiar hábilmente elaborado que abarca unos 70 años.

Historia de una trenza es uno de esos verdaderos tesoros de la literatura actual, con una autora que muestra sus virtudes de retratista emocional de sus personajes excéntricos, todo ello con un humor tranquilo y una visión nítida de los escenarios que retrata.

Sin lugar a dudas, Tyler hace bien creíble la frase de León Tolstoi al inicio de Anna Karenina de que "las familias felices son todas iguales; pero las infelices lo son a su manera". En Historia de una trenza, la autora explora las formas en que la familia Garrett podría calificarse como una familia infeliz, a su manera.

'Historia de una trenza'

Anne Tyler

Traducción: Ana Mata Buil 

Lumen 

296 páginas

19,90 euros