'Estación niebla', de Enric Herce: desconcierto y fascinación

Estación niebla, resume su autor, Enric Herce, es "una novela cyberpunk que mezcla el género negro con la ciencia-ficción al más puro estilo tech-noir. Ofrece una trama situada en un futuro cercano donde las megacorporaciones imponen su ley y los países miembros de la autoproclamada ORNAL (Organización de Naciones Libres) obligan a quienes quieran vivir dentro de sus fronteras a consumir relev, la droga que inutiliza el ser humano para la violencia. Max trabaja en la estación orbital Europa2 y es uno de los agentes encargados de controlar que sus habitantes consuman su dosis diaria. Los engranajes del sistema giran sin oposición, después de una guerra de alcance mundial que ha terminado sin un claro vencedor, hasta que una nueva substancia aparece en el mercado. Una droga de origen desconocido que elude los controles de la agencia y que produce el efecto contrario del relev sobre el organismo de quien la consuma: le empuja a cometer actos violentos".

Un río de datos continuo, sin capítulos, "estructura la novela alternando distintos registros: los recuerdos de Max, tanto de su pasado militar como de su ámbito privado, entrevistas a políticos, fragmentos de programas televisivos, el diario privado de un personaje misterioso lleno de revelaciones sobre lo que realmente está sucediendo… La trama detectivesca se va desplegando delante del lector sazonada con crítica político-social y temas que invitan a la reflexión: ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a renunciar a derechos para que nuestros gobernantes nos garanticen, si es que pueden, una mayor seguridad? ¿Qué nos hace ser quiénes somos? ¿Dónde reside el alma humana, dónde nuestra identidad? ¿Es la memoria el pasaje a nuestro paraíso perdido o una celda que nos atrapa en el pasado y nos impide avanzar?"

Más que por el cyberpunk clásico literario de los 80 de Gibson o Sterling, reconoce el autor, "el estilo fragmentado de la obra está influenciado por el cyberpunk audiovisual japonés, desde Akira de Katsuhiro Otomo a las películas de Ghost In The Shell de Mamoru Oshii, pasando por animes como Ergo Proxy, Psycho Pass o Lain. Todas ellas fiel reflejo de la mezcla de desconcierto y fascinación que invade nuestra sociedad ante la sobrecarga tecnológica e informacional en la que vivimos sumergidos".

La gran Ursula K. Le Guin sostenía que la ciencia-ficción "no es predictiva, sino descriptiva. Y esto es lo que propone Estación niebla, dar un salto hacia el futuro para tomar perspectiva y analizar dónde estamos y quiénes somos. Aquí y ahora".