MISCELÁNEA

He venido a hablar de mi libro: Andrés Lomeña

Debuto con Podio y me siento como si me tirara a la piscina por primera vez: mismos miedos e inseguridades, mismas ambiciones y expectativas.

El escritor Andrés Lomeña

El escritor Andrés Lomeña

Andrés Lomeña

La natación y la literatura se funden en Podio (Alianza, 2022). Escribir la obra no me llevó más de un año; concebir la novela, en cambio, me costó más de una década. No me sentía suficientemente preparado. Escribir en segunda persona podía parecer una veleidad; explorar el mundo de la natación competitiva, una extravagancia. Demoraba el acto de escribir como quien se da de baja en una prueba por cobardía.

Finalmente, debuto con Podio y me siento como si me tirara a la piscina por primera vez: mismos miedos e inseguridades, mismas ambiciones y expectativas. Quería publicar una novela corta, una nouvelle, lo que viene a ser como nadar cincuenta metros, o cien, pero nunca ochocientos ni mil quinientos. Por eso he reverenciado a varios escritores que lograron la excelencia narrativa en pocas páginas: la prolífica Amélie Nothomb fue una de mis balizas en esa travesía de aguas abiertas que es la novela, aunque también tuve en mente al torturado David Vann o a la magistral Vivian Gornick.

Ese podio literario no solo ha sido una inspiración, sino una presión enorme autoimpuesta. Hay muchos otros autores que no he mencionado porque, inevitablemente, todo canon literario es excluyente. En esas circunstancias encontré una conexión estimulante entre literatura y natación: el deporte de élite y el mercado literario ensalzan a los ganadores y olvidan a los perdedores. Yo mismo he sido nadador: recuerdo cuánto dolía llegar en octava y última posición o lo que era quedar cuarto y no subir al podio. Aun con todo, conseguí medallas de oro, plata y bronce.

El hambre de éxito se transforma a menudo en una ciega voluntad de poder y Paula Sen, la protagonista absoluta, retrata esa búsqueda incesante de reconocimiento. La nadadora malagueña se ve arrastrada por una dinámica de expectativas ilimitadas. ¿Quién no se ha dejado llevar alguna vez por expectativas literarias o deportivas irreales? La novela es una respuesta al idealismo salvaje, aunque se medita desde la misma posición que se critica: un idealismo desatado y una grandilocuencia premeditada bañan toda la obra.

Exigencia

Asimismo, la natación me enseñó, por decirlo con Spinoza, que nadie sabe lo que puede un cuerpo. Entrenadores como Fred Vergnoux han llevado esa sentencia demasiado lejos al exigir el cien por cien de confianza de sus discípulas. En otras palabras: un salto de fe. Un entrenador no debería ostentar esa omnipotencia respecto al destino de los deportistas. En mi caso como nadador, algunos entrenadores comprendieron bien nuestras limitaciones y otros se dedicaron a machacar la autoestima de deportistas extremadamente jóvenes, aunque ya se sabe que en la alta competición las asperezas de la edad adulta llegan de forma prematura.

En el ámbito literario, me sumerjo ahora en las aguas de las bellas letras con ambiciones elevadas. El miedo al ridículo, a quedar el octavo de la serie, es espantoso. Qué más quisiera yo que reimaginar el sistema literario como un espacio amable, más colaborativo o dialógico que competitivo, donde innumerables autores y géneros coexisten; sin embargo, mis ansiedades, antes deportivas y ahora literarias, me hacen ver el campo de juego como una piscina olímpica donde solo se clasifican los primeros y los demás quedan defenestrados.

Paula Sen es la heroína de una épica deportiva cuyas batallas más memorables se libran en el Campeonato Europeo y el Mundial de Natación. En esta novela se puede reconocer a Mireia Belmonte y además desfilan otras nadadoras menos conocidas, como Simona Quadarella. Todas tienen una gran historia inscrita en sus cuerpos, aunque solo unas pocas la inmortalizarán al alcanzar el ansiado podio.

'Podio'

Andrés Lomeña

Alianza Editorial

224 páginas 15,95 euros.