PERFIL

Aixa de la Cruz, una escritora de raíz

Con su nueva novela, 'Las herederas' (Alfaguara), ha vuelto a sus orígenes en lo literario y lo vital

La escritora Aixa de la Cruz

La escritora Aixa de la Cruz / EPE

Cada dos o tres años, Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) cambia de foco. Se le mete una idea en la cabeza y se convierte en un estribillo que, en lugar de tararear, traslada a la página en blanco, llena, de repente, con todas las obsesiones que, así, busca expurgar.

Desde 2007, año en el que publicó su primera novela, Cuando fuimos los mejores (Almuzara), y seguramente mucho antes, incluso, de que se pusiera a escribir, le han perseguido, como temas narrativos, su adolescencia, la violencia, la música, su país natal… Y, por cada fijación, ha ido dejando un libro. Así hasta llegar al último, Las herederas (Alfaguara), con el que ha vuelto a sus orígenes.

Mucho ha tenido que ver en ese regreso el "fin de ciclo" que, junto con su pareja, el también autor Iván Repila (Bilbao, 1978), dice estar viviendo: una pandemia, sendas novelas (la de ella y la de él) y una hija, Noa, que va camino de cumplir tres años. Les tocó pasar lo peor del confinamiento en un pequeño piso de Bilbao, hasta que no pudieron más y se trasladaron a Olmos de la Picaza, la aldea burgalesa de uno de los abuelos de Aixa.

"De pronto, me vi deslumbrada por la vida. Volví a caminar descalza por la tierra". Lo afirma con la sonrisa, entre tímida y desafiante, con la que hace cada confesión. Estamos en Laredo, localidad cántabra en la que se instalaron a finales de diciembre del año pasado. "No quiero romantizar el pueblo, porque hacerlo es muy despolitizante. Yo sentí como un fracaso no haber podido quedarme allí".

Nueva escritura

Antes de marchar, tuvo tiempo de que germinaran las semillas de una nueva escritura, plasmada en Las herederas. La raíz de toda su narrativa. "Escribo de una forma distinta ahora. Mi prosa ha cambiado, y eso lo asocio con la maternidad. La primera vez que me puse a teclear después de haber dado a luz, tecleaba distinto. Desde entonces, noto que mi trabajo con el lenguaje se ha vuelto más delicado, algo ha cambiado en mi cuerpo y en la escritura. Antes mi estilo era más tosco".

«¿Hay alguien que no escriba de sí mismo? Si quieres huir de la impostura, siempre hay que recurrir a lo personal»

En su nueva editorial, la definen como "una autora con la voz de miles". Cosas del marketing, se excusa ella, y suelta una risa nerviosa. En la novela, que se publica el 22 de septiembre, son cuatro las voces que adopta –dos parejas de hermanas que vuelven a la casa familiar tras el suicidio de su abuela–, aunque lo hace desde una tercera persona construida con un claro espíritu testimonial.

No es autoficción. Basta de etiquetas limitadoras. Dice ella, y asiento yo, porque hay preguntas que hastían. "Aspiro a seguir escribiendo con la vocación de narrar experiencias basadas en mi propia experiencia. ¿Hay alguien que no escriba de sí mismo en algún texto? Si quieres huir de la impostura, siempre hay que recurrir a lo personal». Que siempre es político.

También en su caso. Si bien ella va "cada vez más hacia una idea globalista. Yo vengo de postulados muy nacionalistas, crecí en un ambiente muy abertzale. Plantearme ahora si estoy a favor de la independencia no es ni una pregunta lícita. Por fortuna, me estoy desindetificando, como dice Paul B. Preciado, de muchas cosas". Una autora renacida.

'Las herederas'

Aixa de la Cruz

Editorial Lumen

328 páginas | 19,90 euros