LIBROS

¿Nos conocemos?

La desmemoria del presente es uno de los temas de la obra de la autora neoyorquina Nora Ephron

Nora Ephron en su casa en Nueva York, 2010.

Nora Ephron en su casa en Nueva York, 2010. / LUCAS JACKSON / REUTERS

Miguel Munárriz

Lo que me pasa a mí quiero creer que no solo me pasa a mí, sino que es compartido por muchísima gente. Me refiero al hecho de encontrarte con alguien a quien no puedes presentar porque no recuerdas su nombre. Me ocurre casi a diario. Ahora que tras la pandemia hemos vuelto a organizar presentaciones, cócteles, conciertos, lecturas, ferias, comidas y cenas es el gran momento para encontrarnos con quienes creemos conocer y no recordamos sus nombres.

Es un gran dilema, sin duda, al menos para mí, que comparto agradecido con la escritora, guionista y directora de cine, Nora Ephron (Nueva York, 1941-2012), quien en su libro No me acuerdo de nada (Libros del Asteroide), lo cuenta con la gracia con que nos divirtió hace años con algunas de sus más celebradas películas, Se acabó el pastel o Cuando Harry encontró a Sally.

Siempre he huido de los libros llamados de autoayuda, aunque me apresuro a disculparme con los lectores que los leen. No es mi intención en mi primera aparición en abril, —que solo debería traerme buenos amigos, aunque pasado el tiempo no recuerde sus nombres—, denostar ninguna fe en que ciertos libros nos ayuden, aunque yo siempre he estado convencido de que todo buen libro ejerce el poder de ayudarnos, en el mejor sentido en que puede hacerlo la buena literatura, es decir, ampliando y mejorando nuestra mirada sobre el mundo.

Nora Ephron en Nueva York. 

Nora Ephron en Nueva York.  / LUCAS JACKSON / REUTERS

Pero estaba en que Ephron me ha ayudado con su divertidísimo libro a estar menos solo sabiendo que a ella le pasa lo mismo que a mí. Pero existen dos niveles diferentes cuando uno se encuentra con alguien del que no recuerda su nombre. Uno es si el otro tampoco recuerda el tuyo y ambos estamos en el mismo plano de ignorancia, y es cuando él dice: "¿Nos conocemos?", y tú respondes: "Sí, claro, seguro que nos hemos visto en la presentación del libro de fulano…".

El otro nivel, más humillante, es cuando tu interlocutor te nombra con decisión y firmeza, incluso con efusivas muestras de conocerte bien, y tú te quedas con una cara de bobo que es imposible no reconocer que no tienes idea de lo que te está diciendo.

A esto podemos añadir lo de hablar dando rodeos cuando se sufre ese lapsus metal que no te deja recordar el nombre de un actor, de una obra de teatro, o de alguien que te ha relatado una anécdota que no sabes argumentar si no es a trompicones, y a lo que ya se le ha asignado esta frase : "¿Te acuerdas cuando hablábamos de corrido?".

Nora Ephron me ha ayudado, sí, a sentirme mejor conmigo mismo, me ha devuelto la confianza perdida gracias a este libro de destellos personales, sin autocompasión, con el auténtico humor que empieza por reírse de uno mismo. El copyright de este libro, publicado originariamente en Alfred A. Knopf, está datado en 2010 y la fecha del fallecimiento de la escritora es de 2012, lo cual me ha hecho pensar que tal vez No me acuerdo de nada fue para Ephron una despedida sincera y amable. No se lo pierdan porque dentro de él hay hallazgos tan soberbios como Periodismo: una historia de amor, o Cosas que echaré de menos; una de ellas, dice, es cenar con amigos.

'No me acuerdo de nada'

Autora: Nora Ephron

Editorial: Libros del Asteroide

Traducción: Catalina Martínez

176 páginas. 18,95 euros