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Lagercrantz, después de 'Millenium': "Cuantos más personajes femeninos potentes haya, mejor será la literatura"

Tres años después de la publicación de 'La chica que vivió dos veces', el autor sueco ha llegado a España para presentar 'Obscuritas', primera entrega de las aventuras de Rekke y Vargas

El periodista y escritor sueco David Lagercrantz.

El periodista y escritor sueco David Lagercrantz. / ALBA VIGARAY

Eduardo Bravo

"Fue todo muy clandestino, muy secreto. Me llamaron y me metieron en una habitación oscura", recuerda David Lagercrantz, escritor sueco al que, tras la muerte de Stieg Larsson, la editorial Norstedts le encargó continuar la saga Millenium. "Me ofrecieron el trabajo y no lo dudé ni un segundo. Me enfrenté al reto con mucha pasión. De hecho, creo que fue esa pasión la que les llevó a encargarme ese cometido".

Hijo del prestigioso editor, crítico literario y profesor sueco Olof Lagercrantz, David ya contaba con una amplia trayectoria como periodista de sucesos, novelista y biógrafo de personajes entre los que se encuentran el aventurero Göran Kropp y el futbolista Zlatan Ibrahimović, antes de enfrentarse al reto de continuar las andanzas de un personaje tan carismático como Lisbeth Salander.

"La clave está en comprender profundamente a los personajes. Hay que leer, pensar mucho y añadir algo nuevo de tu propia cosecha porque los personajes que son estáticos y no cambian, no son interesantes. El dilema está en saber hasta dónde puedes llegar. En mi opinión, el límite está en eso que los ingleses llaman out of character, salirse del personaje. En el caso de Millenium, en un momento dado escribí una escena en la que Lisbeth lloraba. Luego vi que no funcionaba porque, justamente, esa actitud se salía del personaje. Espero que la escritora que va a continuar la saga Millennium vaya aún más lejos que yo porque, en mi caso, tuve demasiada presión y no me atreví a ir todo lo lejos que debía".

"Después de la trilogía de Millennium me encontré totalmente libre", asegura Lagercrantz.

"Después de la trilogía de Millennium me encontré totalmente libre", asegura Lagercrantz. / ALBA VIGARAY

Tres años después de la publicación de La chica que vivió dos veces, sexto título de la serie creada por Stieg Larsson, David Lagercrantz ha llegado a España para presentar Obscuritas, (Destino) primera entrega de las aventuras de Rekke y Vargas -pareja de investigadores al estilo Holmes y Watson formada por un sofisticado catedrático de psicología y una joven policía-, cuya escritura también estuvo rodeada de fuertes medidas de seguridad.

"Después de la trilogía de Millennium me encontré totalmente libre y con una duda: ¿qué haces cuando puedes hacer cualquier cosa? En mi caso, decidí hacer lo que realmente me apetecía porque, si bien la presión seguía siendo muy grande, era mucho menor de lo que había vivido. En aquel entonces, llegamos a situaciones de verdadero histerismo como, por ejemplo, no poder trabajar en un ordenador conectado a internet", recuerda Lagercrantz, al que, a pesar de todas esas medidas de seguridad, se le permitió compartir sus avances o discutir sus dudas con su círculo más cercano. "Había diferentes personas de la editorial con las que sí podía hablar del tema e intercambiar opiniones. En todo caso, y después de que haya habido casos de robos de guiones o libros de los ordenadores de los autores, esta es una realidad a la que tenemos que acostumbrarnos. En ocasiones se asemeja bastante a vivir como un espía, lo que, por otra parte, no deja de ser bueno para un escritor de novela negra".

Pastelitos y dilemas éticos

Ambientada en la ciudad de Estocolmo, Obscuritas narra un caso de asesinato cometido en una comunidad con una alta presencia de emigrantes, cuya investigación es llevada por un cuerpo de policía poco diligente, en el que son frecuentes las actitudes machistas, los prejuicios y la prepotencia. Unos mimbres que demuestran que la novela negra sigue siendo una vía óptima para analizar la sociedad de manera crítica.

Lagercrantz presenta 'Obscuritas', primera entrega de las aventuras de Rekke y Vargas.

Lagercrantz presenta 'Obscuritas', primera entrega de las aventuras de Rekke y Vargas. / EP

"A diferencia de esas novelas que son como pastelitos para entretenerse un rato, las novelas negras que plantean grandes problemas éticos, sociales y políticos, atrapan al lector y no lo sueltan hasta el final. Creo que se puede aprender mucho de la novela negra e incluso hacer del mundo un lugar mejor gracias a ella", afirma Lagercrantz que, consecuente con este planteamiento, ha elegido como protagonista de la historia a una emigrante chilena llegada a Suecia después de que su familia abandonase su país por la dictadura de Augusto Pinochet.

"La sociedad ha cambiado y las mujeres han ocupado un papel protagonista. En ese sentido, una de las tareas del escritor es liberarse de los tópicos, de los estereotipos y crear algo nuevo. Cuantos más personajes femeninos potentes haya en los libros, mejor será la literatura, lo que no quiere decir que el personaje del cowboy que resuelve los casos a puñetazos tenga que dejar de existir, sino todo lo contrario: para que se pueda percibir la genialidad, es necesario que existan los idiotas".