LIBROS

Correspondencias y una tentativa para escribir una carta

La carta es el medio escrito tradicional por excelencia y, con ella, podemos hacer de la distancia la condición para la cercanía más íntima

Cartas de amor de la cantante Edith Piaf.

Cartas de amor de la cantante Edith Piaf.

Aloma Rodríguez

La artista plástica Laía Argüelles ha escrito Breve ensayo sobre la carta (Temporal, 2021) –es un libro finísimo que se lee en un paseo, en lo que cuesta bajar un bulevar o dos con tilos a los lados–. La palabra ensayo aquí funciona en, al menos, dos sentidos: hay algo de reflexión sobre la escritura de cartas, pero creo que es más importante el otro sentido, el de tentativa o probatina. Ahora me asalta la tentación de pensar que en realidad este libro tan fino que cabe en cualquier bolsillo es en realidad un rodeo para escribir una carta que Laía Argüelles quiere escribir pero no termina de escribir. Esta frase me ha quedado un poco durasiana.

Argüelles cita a Duras en su libro: "En un brevísimo testo autobiográfico, Marguerite Duras reconoce que la llegada de Y. reemplazó las cartas (¿su envío o su recepción?), denotando en esa sustitución una equivalencia cuerpo-carta y reconociendo así la capacidad epistolar para encarnar el cuerpo ausente". El libro de Laía Argüelles tiene cuatro partes: Breve, Ensayo, Sobre y La carta. Como es artista plástica se cuelan algunas cosas de su otra vida: un membrete que se hizo, algunos sobres impresos. Entre las muchísimas gemas que encuentro en este libro, anoto esta: "Breve en danés significa carta en castellano. Carta en castellano significa brief en alemán. Brief en inglés significa breve en castellano".

Junto al libro de Laía Argüelles tengo Entre amigas, la correspondencia entre Hannah Arendt y Mary McCarthy –sus Memorias de una joven católica me gustaron tanto como Noches insomnes, de Elizabeth Hardwick, libro por cierto dedicado a McCarthy–. Apenas llevo leídas unas 50 páginas y de momento escribe sobre todo Arendt. Recuerdo la correspondencia entre Carmen Laforet y Ramón J. Sender, Puedo contar contigo, como uno de los libros más tristes que he leído. Para componer las memorias del escritor de origen armenio William Saroyan –autor de El tigre de Tracy o Un día en el atardecer del mundo, cito estos dos libros porque son los que me he leído de él, los dos estupendos–, el editor reunió algunos de los artículos que Saroyan escribió en periódicos, a veces tiene forma de carta a personajes célebres en ocasiones ya fallecidos en el momento de publicarse la carta. Antes de formar parte de las Memorias de Saroyan, las cartas de Saroyan conformaron otro libro: Cartas desde la calle Taibout, 74. Cualquiera de los dos libros requiere de una breve incursión en la deep web de los libros de segunda mano para hacerse con él.

En De cómo recibí mi herencia (Muñeca infinita, 2022), la escritora Dorothy Gallagher cuenta la historia de su familia, judíos ucranianos que huyeron de la persecución y el hambre. Es un libro mordaz y tierno, en cierto modo hermanado con Saroyan: el mundo del inmigrante que crea su propio mundo dentro de un país que se está haciendo. De entre los capítulos de este libro, traducido por Regina López Muñoz, me gusta especialmente Como dioses, hecho con dos cartas a una misma persona: Miss Thornbury, profesora de mecanografía de la madre de Gallagher.

La primera carta es de 1958, en ella la madre de Gallagher debía responder a la pregunta de por qué estudia mecanografía, pero acaba hablando de una tragedia familiar: la muerte de una de sus hermanas más queridas a la que atropella un coche. La carta está corregida por la profesora. La segunda carta la firma Dorothy Gallagher, también dirigida a la profesora, y escrita en 1998. Prosigue con la historia de la hermana atropellada y cómo afectó a su madre, habla también de su matrimonio y pregunta: "Pero, Miss Thornbury, ¿qué pensó usted cuando de pronto recibió este cri de coeur? Ese texto lleva unos versos de la poeta Wislawa Szymborska como cita: "Leemos las cartas de los difuntos como impotentes dioses, / pero dioses a fin de cuentas porque conocemos las fechas posteriores…".

Está la cita de Pessoa sobre las cartas de amor: todas son ridículas: "No serían cartas de amor si no fuesen / ridículas"; y más adelante: "Solo las critaturas que nunca escribieron cartas de / amor / sí que son / ridículas". Pero ahora me acuerdo con más fuerza de News From Home, la película de Chantal Akerman en la que rueda Nueva York, planos largos y fijos, mientras lee las cartas que su madre le manda desde Bruselas: le pregunta si le llegó la ropa o el dinero que le mandó. Le pide que le escriba de vuelta. No sale ninguna carta de Akerman. 

'Breve ensayo sobre la carta'

Autora: Laía Argüelles Folch

Editorial: Temporal

80 páginas. 12 euros