CRÍTICA DE LIBROS

'Las leyes de la ascensión' de Céline Curiol: la revuelta imposible del siglo XXI

La escritora francesa Céline Curiol, apadrinada por Paul Auster, despliega un gran fresco de París entre los atentados de 'Charlie Hebdo' y Bataclan

La escritora francesa Céline Curiol.

La escritora francesa Céline Curiol. / PATRICE NOEMAND-LEEXTRA

Valèria Gaillard

Bajo la estela de El cuarteto de Alejandría, de Lawrence Durrell, la escritora francesa Céline Curiol (Lyón, 1975) despliega un fresco polifónico del siglo XXI en Las leyes de la ascensión (Errata Naturae / Periférica). En este volumen de casi mil páginas, en el que se cristaliza el placer de la narración, el lector se sumerge en la vida de seis personajes cuyos destinos se entremezclan, seis individuos aislados cada uno en su mundo, pero inevitablemente interconectados, a menudo por malentendidos que envenenan las relaciones entre ellos.

En esta constelación narrativa, las estrellas son Orna y Sélène, dos hermanas que compiten sin asumirlo, la primera una humilde periodista y la segunda una ambiciosa profesora universitaria en Dubai; Hope, una chica lista que abandona sus estudios en una Gran Escuela para trabajar en una gran librería digital donde los libros pierden toda su aura; Modé, un senegalés asimilado que trabaja para una asociación de refugiados y sueña con ser poeta; Pavel, un psicoanalista desencantado de su trabajo con una hija que cada vez se distancia más de él; y finalmente Medhi, un joven magrebí que se deja seducir por el integrismo religioso.

Seguimos a estos personajes representativos de la sociedad francesa contemporánea durante cuatro jornadas a lo largo de un año, lo suficiente para captar su situación existencial, sus circunstancias y anhelos. Los descubrimos en el verano del 2015 y los seguimos hasta la primavera del 2016, unos años marcados, por otro lado, por los atentados de Charlie Hebdo y del Bataclan. La autora ha querido anclar su relato en este período convulso para reflejar el impacto que tuvieron los ataques en la sociedad francesa, su impotencia y al mismo tiempo angustia puesto que, “en una sociedad individualizada como la capitalista, cualquier reacción colectiva resulta neutralizada”, tal como Sélène afirma citando a Alain Badiou.

Orna, periodista de la vieja escuela que choca frontalmente con el nuevo periodismo digital, tan efímero como vacío, se encuentra una noche delante de su casa, tirado en el suelo, un gran bulto. Resulta ser un hombre. Incapaz de ayudarle, sube a su casa y piensa que alguien lo hará. Cosa que efectivamente pasa, pero, roída por la mala conciencia, se pone a buscarlo. Su búsqueda da músculo a la intriga, que se ambienta en el barrio de Belleville de París, pero también en Dubai, donde Sélène observa horrorizada la práctica del shopping como “antídoto a la náusea existencial”, todo un guiño a Sartre.

La prosa de Curiol es efectiva, sin pretensiones estilísticas, pero sorprende la narración en primera persona de Medhi, con un lenguaje SMS que sirve para pintar de manera realista a este chaval musulmán que se repite “No future”, y que es consciente de que, con el nombre que tiene, no va a encontrar trabajo. Medhi se sitúa en oposición directa a Orna y Sélène, hijas acomodadas de un constructor racionalista que había levantado presas y puentes, convencido de que existe el progreso y de que el mundo material, como el de los hombres, se rige por leyes. Sin embargo, esta novela sin final concreto viene a reflejar que el impulso de revuelta, si bien está latente, ya no es posible. Lo único que salva a esta humanidad es el Amor, afecto al cual Curiol dedica el libro, que se cierra con un homenaje a Paul Auster, escritor que animó a la periodista en el camino hacia la escritura.

'Las leyes de la ascensión'

Autora: Céline Curiol

Traducción: Regina López Muñoz

Editorial: Errata Naturae / Periférica

 969 páginas. 28,50 euros